martes, 31 de diciembre de 2019

Solamente gracias.

Aclamad a Jehová, porque él es bueno; Porque su misericordia es eterna

 

(1 Crónicas 16:34).

 

Reflexión: Que la bendición de Dios te acompañe en este día y en el resto del año que comienza. Último día del año, casi todo el mundo anda de un lugar a otro preparándose para los festejos de fin de año, es un buen día para compartir en familia, despedir el año que termina y darle la bienvenida al año que llega, pero también para reflexionar, alzar la vista al cielo y simplemente dar gracias al Padre por todas las bendiciones recibidas durante el año, porque hemos tenido su  misericordia por 365 días.  Este año pasamos momentos maravillosos, momentos llenos de alegrías, quizás otros se vieron empañados por los problemas, la pérdida de un ser querido o alguna crisis, pero quizás un nuevo integrante llegó a nuestras vidas, es momento de que separemos lo bueno de lo malo, y ver que a pesar de lo que pensamos hoy sí tenemos motivos para decir: “Gracias Padre amante, gracias por mantenerme con vida, pues mientras haya vida hay esperanza, gracias porque en los momentos difíciles sentí tu presencia brindándome tu apoyo incondicional, guiándome por las sendas que conducen a la libertad. Gracias por permitirme disfrutar de un año en el que pude compartir con mi familia, amigos y vecinos, en el que pude estudiar, trabajar, reír, hablar, conocer, aprender, ver, comer y vivir. Gracias porque cuando la tristeza se apoderaba de mí Tú me consolaste, cuando me caí Tú me levantaste y curaste mis heridas. Gracias por escuchar mis oraciones y brindarme tu amor en cada momento, gracias por el año que termina y en tus manos coloco el nuevo año. ¡Gracias, Padre amado! Feliz año y que Dios te Bendiga.


martes, 18 de febrero de 2014

Pablo a los Efesios

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos que están en Éfeso, y a los fieles en Cristo Jesús. Gracia sea a vosotros, y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el cual nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él, en amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, en la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados, según las riquezas de su gracia, que sobreabundó para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia; dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo; que en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, había de reunir todas las cosas en Cristo, así las que están en el cielo, como las que están en la tierra, aun en Él. En quien también obtuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito de Aquél que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad; para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros quienes primero confiamos en Cristo. En el cual también confiasteis vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación; en quien también, desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

jueves, 25 de julio de 2013

Lo que espera el cristiano.

Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.  Romanos 15:13

La esperanza del creyente le permite atravesar victoriosamente las pruebas de la vida y encarar la muerte y sus consecuencias sin entristecerse como los que no tienen esperanza.
A la inversa de todo lo que engaña al corazón humano, la esperanza cristiana satisface a aquel que la posee; en ella encuentra una razón para vivir. Las promesas de Dios tienen para el el valor y la autoridad de quien se las hizo.
Cuales son esas promesas?
La vida eterna que se obtiene por medio de la fe en Jesús El Salvador muerto en la cruz para expiar nuestros pecados (Tito1:2).
El retorno del Señor Jesús para arrebatar a su Iglesia formada por todos por todos los que verdaderamente le pertenecen por la fe, cualquiera que sea el ambiente cristiano al cuál le estén ligados ( Filipenses 3:20).
La herencia celestial de la cual gozarán con Cristo todos los que han creído en El. (1 de Pedro 1:4).
Su reinado el cual asociara a los suyos (2 de (Timoteo 2:12).
Pero el gran objeto de la esperanza cristiana es la misma Persona en quien reúne todas esas bendiciones. Aquel a quien la Biblia llama el "Señor Jesucristo nuestra esperanza" (1 Timoteo 1:1).
Verlo y estar con El eternamente felices a todos los que le pertenecen.