viernes, 9 de septiembre de 2022

El Reino de Dios es un regalo



Pertenecer a la comunidad de Jesús implica no solamente a actuar, sino creer que Dios actúa or medio de nosotros. Este es un presupuesto básico para entender las parábolas que cuenta Jesús. La eficacia de la acción en la voz de la libertad, de la vida y de la justicia, no depende solamente de nosotros, sino que proviene, ante todo, del Dios que actúa en nosotros. Para que esto suceda es preciso estar con Jesús. "A vosotros se os dado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se los presenta en parábolas, para que por mucho que miren, no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que que se conviertan y se les perdone” Estar fuera de la comunidad de Jesús, es dudar que su proyecto provenga de Dios, se corre el riesgo de no entender nada de lo que El dice y hace. La consecuencia puede ser desastrosa pensar que las cosas no pueden ser cambiadas ni transformadas, y caer en el círculo del que está ahí, sin salida. El desánimo y la desesperanza ciertamente cerrarían nuestra puerta, y el Evangelio dejaría de ser Buena Nueva, anunció alegre, para convertirse en una tentación que habría que evitar. Sería el rechazo del propio Evangelio.

La parábola de lámpara trae una pregunta que hacemos continuamente ¿la justicia, la fraternidad, la libertad y la vida no deberían brillar en el mundo después de tantos siglos? Sin embargo, lo que vemos parece indicar que el mundo anda en contravia a esto. Es la semilla, plantada, el grano de trigo enterrado. Hay un proverbio italiano que dice: "Debajo de la nieve está el pan”. Si no creemos que esta semilla tiene una fuerza propia y misteriosa ¿que podría movernos a cuidar el terreno para que ella brote?

Ante la persecución e incomprensión desalentadora, la actividad de Jesús puede ser bloqueada. Sin embargo esta actuando una fuerza misteriosa "sin que el hombre sepa como”. Pero la lámpara del Reino de Dios debe ponerse sobre un candelero. Por eso "nada hay oculto si no es para que sea manifestado, nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto.

Paz y Gracia.